“La virulencia del pecado solo se revela por completo cuando llega en contacto con la ley. Entonces la ley extrae todo tipo de deseo y suelta su furia completa contra el poder que procura dominarla. Lo que se dice en 1 Corintios 15:56 tambien aplica aqui: ‘el poder del pecado es la ley.’ Sin la ley el pecado no hubiera podido incitar en el hombre tanta resistencia y rebeldia. Por tanto se puede decir que el pecado enga ̴a al hombre. Presentando a la ley como el punto final de toda libertad, de la vida misma, el pecado trae al hombre bajo su poder embrujante. Le promete las mismas cosas que la ley le aparece negar y asi lo guia a la muerte.”
-Herman Ridderbos (1909-2007)