P. 107. ¿Cuál es el segundo mandamiento?
R. El segundo mandamiento es: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: no te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visita la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen, y que hace misericordia a millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos.[1]
[1] Éxodo 20:4-6
P. 108. ¿Cuáles son los deberes requeridos en el segundo mandamiento?
R. Les deberes requeridos en el segundo mandamiento son recibir, observar y guardar puros y completos todo el culto religioso y las ordenanzas, tales como Dios las instituyó en su Palabra;[1] especialmente la oración y las acciones de gracias en el nombre de Cristo,[2] e1 oír, leer y predicar la Palabra,[3] la administración y recepción de los sacramentos,[4] el gobierno y disciplina de la iglesia,[5] el ministerio y el sostenimiento del mismo,[6] los ayunos religiosos;[7] jurar por el nombre de Dios;[8] y hacer votos a Él;[9] así como también el desaprobar, detestar y oponerse a todo culto falso;[10] y conforme al estado y llamamiento de cada uno, destruirlo así como a todos los objetos de idolatría.[11]
[1] Deuteronomio 32:46, 47; Mateo 28:20; Hechos 2:42; 1 Timoteo 6:13, 14; [2] Filipenses 4:6; Efesios 5:20; [3] Deuteronomio 17:18, 19; Hechos 15:21; 2 Timoteo 4:2; Santiago 1:21, 22; Hechos 10:33 [4] Mateo 28:19; 1 Corintios 11:23-30; [5] Mateo 18:15-17; Mateo 16:19; 1 Corintios 5; 1 Corintios 12:28; [6] Efesios 4:11, 12; 1 Timoteo 5:17, 18; 1 Corintios 9:7-15; [7] Joel 2:12, 13; 1 Corintios 7:5; [8] Deuteronomio 6:13; [9] Isaías 19:21; Salmo 76:11; [10] Hechos 17:16, 17; Salmo 16:4; [11] Deuteronomio 7:5; Isaías 30:22.
P. 109. ¿Cuáles son los pecados prohibidos en el segundo mandamiento?
R. Las pecados prohibidos en el segundo mandamiento son, todo lo que sea inventar,[1] aconsejar,[2] mandar,[3] usar,[4] y aprobar algún culto religioso, por sabio que sea, que no haya sido instituido por Dios;[5] tolerar una religión falsa[6]; el hacer representación alguna de Dios, ya sea de todas o de alguna de las Tres Personas, sea interiormente en nuestra inteligencia, o en lo exterior por alguna clase de imagen a semejanza de alguna criatura cualquiera;[7] toda adoración de ella,[8] o de Dios en ella o por ella;[9] el hacer representaciones de deidades falsas;[10] y toda adoración de ellas o hacer algún servicio perteneciente a ellas;[11] todas las supersticiones engañosas,[12] que corrompen el culto de Dios,[13] ya sea añadiéndole o quitándole,[14] sean inventadas y tomadas por nosotros mismos,[15] o recibidas por tradición de otros,[16] aun cuando vengan con el título de antigüedad,[17] costumbre,[18] devoción,[19] buena intención o cualquier otro pretexto;[20] la simonía;[21] el sacrilegio;[22] toda negligencia,[23] desprecio,[24] impedimento,[25] y oposición al culto y ordenanzas que Dios ha establecido.[26]
[1] Números 15:39; [2] Deuteronomio 13:6-8; [3] Oseas 5:11; Miqueas 6:16; [4] 1 Reyes 11:33; 1 Reyes 12:33; [5] Deuteronomio 12:30-32; [6] Deuteronomio 13:6-12; Zacarías 13:2, 3; Apocalipsis 2:2, 14, 15, 20; Apocalipsis 17:12, 16, 17; [7] Deuteronomio 4:15-19; Hechos 17:29; Romanos 1:21-23,25; [8] Daniel 3:18; Gálatas 4:8; [9] Éxodo 32:5; [10] Éxodo 32:8; [11] 1 Reyes 13:26, 28; Isaías 65:11; [12] Hechos 17:22; Colosenses 2:21-23; [13] Malaquías 1:7, 8, 14; [14] Deuteronomio 4:2; [15] Salmo 106:39; [16] Mateo 15:9; [17] 1 Pedro 1:18; [18] Jeremías 44,17; [19] Isaías 65:3-5; Gálatas 1:13-14; [20] 1 Samuel 13:11, 12; 1 Samuel 15:21; [21] Hechos 8:18; [22] Romanos 2:22; Malaquías 3:8; [23] Éxodo 4:24-26; [24] Mateo 22:5; Malaquías 1:7, 13; [25] Mateo 23:13; [26] Hechos 13:44, 45; 1 Tesalonicenses 2:15, 16.
P. 110. ¿Cuáles son las razones añadidas al segundo mandamiento, para darle mayor fuerza?
R. Las razones añadidas al segunda mandamiento y que le dan mayor fuerza, están contenidas en estas palabras: “Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visita la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen, y que haga misericordia a millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos”;[1] y son, además de la soberanía de Dios sobre nosotros y de que somos su propiedad,[2] e1 celo ardiente que tiene por su propio culto,[3] su indignación vengadora contra todo culto falso, por ser éste una fornicación espiritual;[4] reputando Él a los quebrantadores de este mandamiento como personas que lo odian, y amenazándolos con castigarlos por varias generaciones;[5] y estimando a los que lo guardan fielmente como a personas que lo aman y guardan sus mandamientos, a las que promete misericordia tanto para ellos como para sus generaciones.[6]
[1] Éxodo 20:5, 6; [2] Salmo 45:11; Apocalipsis 15:3, 4; [3] Éxodo 34:13, 14; [4] 1 Corintios 10:20-22; Jeremías 7:18-20; Ezequiel 16:26, 27; Deuteronomio 32:16-20; [5] Oseas 2:2-4; [6] Deuteronomio 5:29.
